La génesis de este post procede , precisamente, de una de las últimas sesiones como pinchadiscos del Zorromono; el tema era la necrofilia, y la velada consistiría en una sucesión de temas interpretados por cantantes finados o bandas con alguno de sus miembros criando malvas. Rebuscando y seleccionando el repertorio, el FoxMonkey se preguntó si los Manic Street Preachers, cuyo guitarra rítmico-con-la guitarra-desenchufada, letrista, ideólogo y diseñador estético Richey James Edwards desapareció sin dejar rastro en 1995, entraban en esta última categoría. Como el colega fue declarado legalmente muerto en 2008, la vitriólica You Love Us atronó en esa Zorromonada Funeraria.
Este razonamiento hizo que el Foxmonkey recordara a tan enigmático artista. Edwards fue un rara avis en la escena británica de los años 90 que parece no ser recordado por prácticamente nadie, salvo por adolescentes apasionados que aún hoy día hacen cola en los conciertos de los Manics pintados como puertas y petimetres que fusilan sus bravatas para doceañeras para asombro, solaz y diversión de quienes carecen de unas mínimas nociones del historia del ruacanrol. ¿Creen que fue el gañán de Pete Doherty el primero en cortarse con una chuchillica para asustar a un periodista del New Musical Express? Pues no. Esa memez ya la hizo mucho antes Richey, concretamente en 1991, cuando un juntaletras especialmente picajoso le acusó a él y a su banda de ser un fraude, ante lo que el atribulado rockstar galés se rajó las palabras "4 real" - extraídas de la letra de You Love Us, en la que los Manics berrean "our voices are for real" como si no hubiera un mañana- en su brazo, con la consiguiente pérdida masiva de sangre y hospitalización de urgencia.

Ya se pueden imaginar el contexto que provocó semejante cuadro: en plenos estertores finales del acid house y antes de la explosión del dichoso britpop, llega a Londres un cuarteto de punkis galeses vestidos de cuero y leopardo, con proclamas situacionistas impresas en las camisetas, reivindicando a Guns N Roses, Sex Pistols y Noam Chomsky, y rockeando como demonios. ¿Como reaccionan los capitalinos ante estos insolentes provincianos, que además presumen de comunistas a golpe de lentejuela y rimmel? Pues con chuflas y cuchufletas, que el bueno de Richey y sus colegas intentaron atajar a base de decibelios, actitud y arrogancia kamikaze.

Porque las rajadas de los Gallagher se quedan en simples pataleos de cerriles cejijuntos frente a las que soltaban estos Manics. Tras forjarse una reputación de auténticos salvajes en sus primeros años de actividad, con conciertos de media hora que terminaban en disturbios y antes de editar su primer álbum, el hiperexcesivo doble Generation Terrorists, los galeses se dedicaron a largar por sus bocotas contra pesados "mirapieses" como My Bloody Valentine y Ride - Richey llegó a afirmar que los segundones Slowdive eran "peores que Hitler"- y a preguntarse en una visita a EEUU que a ver cuando se decidía Michel Stipe a diñarla de la SIDA. Para completar la jugada, afirmaron que su disco de debut iba a vender más que el Appetitte For Destruction, que iban a llenar Wembley tres noches seguidas y que, acto seguido, se separarían. Apuntando bajo, como pueden ver.

El bajista Nicky Wire, que tampoco se corta a la hora de sacar a paseo a la sin hueso, incluso definió a Pearl Jam como "Los Smiths del grunge", lo que aún hoy día no se sabe si es un insulto o un halago. Dicen que al pesao de Eddie Vedder se le hinchó el pecho como a un palomo cuando lo leyó.
Pero volvamos al bueno de Richey. En aquellos tiempos, el pseudomúsico ya había captado a un buen número de adolescentes gracias a su frágil carisma, su evidente talento estético, sus looks matadores y a ser guapo como un demonio. Su visión poética y sus estudios en política le dieron una capacidad lírica poco usual y en Generation Terrorists se pueden encontrar desde alegatos feministas como Stay Beautiful y Baby Little Nothing - con Tracy Lords, ñam, ñam, a las voces - a manifiestos abiertamente políticos con toques nihilistas como Spectators Of Suicide.
El disco, del que se afirma que Richey no grabó ni una sola guitarra y cuya participación en las sesiones se limitó a pasear sus boas de plumas a bordo de la limusina de Sony Music, funcionó bien en Gran Bretaña y Europa, pero no en los EEUU, en plena explosión del grunge. Este fracaso se debió en parte al sonido algo metálico 80's del Terrorist y en parte a que los yanquis no tenían ni pajolera idea de qué iban las letras de estos glamespantajos travestidos llegados del otro lado del Atlántico, ni quienes eran esos tales Orwell, Plath, Chuck D y Camus cuyas citas estorbaban en el libreto del álbum.
Tras lograr su primer hit con la versión del clásico de la BSO de Mash, Suicide Is Painless, Edwards empezó a mostrar claros síntomas de que se le estaba yendo la pinza; además de beber como un cosaco y estar totalmente en el chasis, el músico estaba atravesando una depresión de caballo cuyos sintomas solo podía paliar con la automutilación (?¿?¿?). Todos estos problemillas marcaron el siguiente album de la banda, Gold Against The Soul, con un sonido más moderno y cercano al grunge que triunfaba en todo el mundo, una estética más glam que punk - sobre todo encarnada en el bajista Nicky Wire, que en las fotos interiores del disco parece un auténtico cromo - y unas letras menos políticas y más oscuras e introspectivas, como la cruda descripción de un cuadro depresivo que es la estupenda From Despair to Where.
Obviamente, los asuntos personales de Richey no hicieron más que aumentar su popularidad, y sus problemas mentales, su delgadez extrema y su corte de pelo a lo Corto Maltés contribuyeron a aumentar su aura de peligro, su morbete y a darle un aspecto más molón que nunca, por el que habrían matado, años después, tanto el tirillas de Brian Molko como el mostrenco de Pete Doherty. 4 Real, ya saben...

Tras un reparador paso por una clínica de desintoxicación, el letrista, su guitarra desenchufada y sus compañeros estaban listos para registrar su obra maestra, el particular canto de cisne de la mejor etapa de una de las mejores bandas de rock británicas de los últimos veinte años y uno de los discos más gafes jamas grabados: el monumental Holy Bible. Aquí la cosa ya se tornó preocupante, porque Richey parecía empeñado en llevarse a sí mismo y a la banda lo más lejos posible. Generalmente, las letras se las repartían entre el cenizo seudo guitarrista y el espigado Nicky Wire, pero en esta ocasión el trabajo recayó en su práctica totalidad en Richey, que cambió el look glammy de la primera época de la banda por uniformes militares y diseñó un libreto en el que primaban los blancos y asépticas fotografías de mausoleos y cruces de cementerio que casaban a la perfección con el tono gótico, frío y arisco de las canciones del álbum.

El cantante de la banda, James Dean Bradfield, reconoce que durante la grabación escuchaban sin parar el Unknown Pleasures de Joy Division. Mala señal, ¿no creen?, y más cuando las letras tratan temas como el holocausto, la anorexia y lo que parece ser una exaltación del chalado de Alaister Crowley como símbolo del individualismo majareta, titulada Faster.
Un señor discazo, en definitiva, que no vendió una mierd* en Gran Bretaña y Europa y que ni siquiera fue editado en EEUU, pese a que hoy se considera una obra magna. En 1995, nuestro cachondón protagonista desapareció sin dejar rastro y su coche fue encontrado sospechosamente abandonado cerca del puente Severn, en Gales, extremadamente popular entre los suicidas. Y, pese a que se afirma haberle visto en sitio tan exoticos como Goa y (ooooops) Tenerife, todo parece indicar que el bueno de Richey decidió acabar con sus chaladuras ese día de la manera más directa posible. Sus compañeros, tan socialistas como siempre, le siguen considerando miembro de los Manics y aún hoy dividen sus ganancias en cuatro partes e ingresan sus beneficios de en una cuenta a cargo de la familia Edwards.

Pese a no tocar un pijo, la desaparición de este angry chulibollo supuso un cambio brutal tanto estético como musical en la banda, con lo que se puede afirmar que el atribulado rockstar era, quien lo iba a decir, el motor de los Manic Street Preachers. Como ejemplo, al parecer su intención para el sucesor de Holy Bible era preparar una salvajada que definía como "Pantera meets Screamadelica" - Madre del amor hermoso - que, sin él, se convirtió en el definitivo viraje de los Manics en banda de pop, de las buenas, eso sí, que logró el megaéxito masivo gracias a los discos Everything Must Go y Tell Me Yor Truth..., en los que no quedaba ni rastro del encanto, la sangre y la bilis autodestructiva que supuraban sus predecesores.
Richey fue declarado oficialmente muerto en 2008 y sus compañeros, que aun se mantiene en una forma más que digna pese a las circunstancias, le homenajearon con el álbum Journal For Plage Lovers, en el que utilizaron textos inéditos del 'desaparesido' e intentaron, con éxito más que limitado, volver al sulfúrico sonido de los tiempos de The Holy Bible.
He aquí el tributo del Zorromono a uno de los mártires ocultos del rock, por lo menos fuera de las Islas. Es evidente que el colega este no inventó nada y que sus influencias, tanto estéticas como poéticas e ideológicas, se pueden rastrear sin problemas si se husmea con un poco de tino. Por poner un ejemplo, está claro que la inspiración del look militar de la época de Holy Bible viene de los Clash de The Call Up, y así otras muchas, pero, por lo menos, este sujeto fue un firme eslabón en una cadena, la del rock británico, que hace mucho que parece rota. Y sin visos de recuperación.
Adoro a los Manics !!!!! , a Richey imposible olvidarlo y Nicky el hombre mas sexy del planeta !!!!!
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