miércoles, 9 de junio de 2010

La saga de los Saurius (Parte I)

Es que no se hablaba de otra cosa el lunes: en oficinas, bares, sacristías, salas de profesores, casas cuartel, obras, kioscos... el gran tema de conversación era MILEY SAURIUS



Pues sí, ahí la tenen. La antaño tierna infante que representaba como nadie el descarnado espíritu de Disney, la multinacional más dañina y destructiva del mundo después de la CIA y Al Qaeda, ha mutado en este súcubo de enorme cabeza. Y dio la casualidad de que esta transformación tan cierta como rara ha sucedió precisamente en nuestro país, en esa cosa conocida como Rockinrio, que se está desarrollando en un recinto que mezcla sin rubor los elementos más espeluznantes del albergue de Gandarío y el campo de concentración de Dachau, y que está situado en las inmediaciones de Madrid.
Que conste que al Zorromono no le parece en mal en absoluto la absurda -aunque natural como la vida misma - metamorfosis de esta señorita; Los que deberían estar preocupados son los padres con niñas teenagers, que verán como sus antaño inocentes hijas pasarán de intentar imitar a una pizpireta treceañera que cantaba irritantes coplillas, a inspirar sus atuendos y actitudes en una tipa que en Intereconomía no dudarían en calificar con una palabra muy fea que empieza por la letra Z. Ya sé lo que están pensando. Por ahora, no hay ningún problema, y el Zorromono está de acuerdo con ustedes. Es más que conocido los efecto que provocan esta clase de productos en los maleables cerebritos de los adolescentes, pero, ¿y en lo musical, qué? ¿Estamos ante un bluff que se disolverá en las procelosas aguas del tiempo, o hemos tenido el privilegio de asistir al nacimiento de un icono pop de dimensiones interestelares?

Porque, seamos serios: ¿Que tienen la Mandona, Kyle Minogue o la morsa que canta en The Gossip, que no tenga Miley? O la Britney, que durante un segundo pareció que iba a dar el salto a artista respetable cuando se volvió tarumba, se rapó la cabeza, empezó a escribir cosas con caca en las paredes de su centro de desintoxicación y editó ese Gimmi Gimmi (moor, moor), que más que en L.A parecía haber sido compuesto y grabado en La Fuente o el Don Jorge... Pues no se diferencian en nada. Es lo mismo. La misma cosa. Y que haya gente que se cree entendida que, por su viciada y pervertida falta de gusto sonoro y estético, quiera convencer al vulgo de que ese tipo de música de consumo puede dar productos de calidad, pues como que da que pensar. Aun encima, hay quien sale con el razonamiento de que en los 60 Motown o Petula Clark también hacían canciones comerciales destinada a las masas sudorosas. Amos anda...comparen cualquier hit menor de la Motown con la chorrada esa de Paco, Paco de la Beyoncé, y luego me dicen. Y que no les cuenten películas sobre posmodernismo, contenedores de influencias y chuminadas como esas, que buscar un trasfondo intelectualoide - basado en interpretaciones idiotas copiadas de alguien que, a lo mejor, leyó un par de paginillas de un libro de Debord y las entendió al revés- a estas memeces es más triste que pegarle a un padre.

Y con esto termina la primera parte de esta serie, no sin antes desearle lo mejor a Miley. En lo próximos días nos ocuparemos del patriarca de los Sarius, una persona tan maravillosa que puede presumir de estar en el Country Hall Of Fame, de salir en una peli de David Lynch, de haber derrocado a un tirano centroamericano, de curar a enfermos y de mil giliflauteces más. El Zorromono se refiere al gran BILLY RAY SAURIUUUUUS

3 comentarios:

  1. Zorromoro. Soy padre de familia y si tuviera hijas (tengo dos hijos gracias a dios y vistas las cosas...) me preocuparía por la mutación o posesión que ha sufrido esta chica.
    Es de coña como los amigos americanos manejan estos productos de marketing, incorporándoles la gestión del ciclo de vida de un producto. Esto es: cuando tu demanda o clientela ya no te consume por pérdida de interés, renuevas el producto para adecuarte a las nuevas necesidades. Esto es, lo que le ha pasado a la nueva Miley. Pero por Dios! si se notaba que la pobre ni sabía andar con tacones!!!!
    Que miedo me daría tener una hija fan de esta tía!! ya me veo en el sexshop comprándole al ropa para ir a Pachá!
    En otro orden de cosas, Sr. Zorromoro, siga usted así.
    Un saludo,

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  2. Oye zorromono, ahora que veo este reportaje sobre divas, debo decir que ya va siendo hora de que rindamos pleitesía a la gran Estrellita Castro y nos dejemos de mariconadas. Que arte la jodida, y de paso ponemos la entrevista que le hizo JM Íñigo antes de que la palmara, algo maravilloso

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  3. Por cierto, ya me hubiera gustado que la Mili Saurius hubiera elegido un concierto en EEUU para cambiar a ese estilo.......¡los cojones!

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